jueves, 30 de mayo de 2013

¿Qué pasó ayer? Parte III (The Hangover: Part III)

Año: 2013.
Género: Comedia.
País: Estados Unidos.
Duración: 100 minutos.
Dirección: Todd Phillips.
Intérpretes:Bradley Cooper, Ed Helms, Zack Galifianakis, Justin Bartha, Ken Jeong, John Goodman, Melissa McCarthy.

"Han pasado dos años. Phil, Stu y Doug viven vidas felices y sin incidentes. Se han removido tatuajes y han purgado expedientes. Lo último que supieron del imán para desastres, Leslie Chow, es que había sido encarcelado en una prisión tailandesa. El único miembro del grupo que no se encuentra contento es Alan. Todavía sin encontrar un rumbo en la vida, la oveja negra del grupo ha dejado sus medicinas y cedido a sus impulsos naturales en grande –lo que, para Alan, significa una falta de límites, de filtros y de juicio– hasta que una crisis personal lo obliga a, por fin, buscar la ayuda que necesita. ¿Y quién mejor que sus tres mejores amigos para asegurarse de que tome el primer paso? Esta vez, no hay despedida de solteros. No hay boda. ¿Qué podría salir mal? Pero cuando el grupo sale a la calle, se cierran todas las apuestas."

Defititivamente, The Hangover: Part III es muy diferente a sus antecesoras. Por un lado, no ostenta con soltura el título que la hace digna de la saga - no hay borrachera ni drogas de por medio esta vez - y, por el otro, no alcanza las cotas de gracia de la primera ni toca fondo como la segunda. Es un híbrido extraño entre comedia negra y una película de gángsters modernos, que se aleja bastante de los parámetros histriónicos y zarpados que se establecieron como moneda corriente anteriormente.
No se si sea generalización propia, pero los personajes de Zack Galifianakis y Ken Jeong son dos sujetos insoportables en dosis separadas, pero juntos hacen un combo suicida imposible. Mas allá de que se encasillen en los mismos papeles una y otra vez, y muy a mi pesar, son los dos motores de esta entrega. El papel de Jeong está extendido y es una parte vital de la historia, que se acopla al propósito de La Manada de enrumbar la vida de Alan, el estrepitoso y vulgar gordito que de cariñoso no tiene nada y es egoísta, idiota y extremadamente peligroso. El as bajo la manga que resulta el mafioso encarnado por John Goodman intenta agregar de manera infructuosa un poco de suspenso y apuestas para el grupo de amigos que deberá recuperar dinero robado por el asiático antes de que uno de ellos sufra una muerte temprana.

 No causa gracia ya que Stu grite su muletilla What the fuck is going on? por enésima vez, no causan gracia los mañierismos de Chow ni su irreverencia, no causan gracia las actitudes de Alan para con la vida, metiéndo una y otra vez a sus amigos en problemas por su total carencia de sentido común. Pero eso es exactamente lo que hace que Hangover sea Hangover, las estupideces de este duo de imbéciles que son un imán de mala suerte y generan situaciones que van empujando la trama de a poco. Estamos frente a una secuela diferente, que juega sus cartas en un intento de ser novedosa y apenas sale airosa. No sólo por tener un par de cameos de personajes de anteriores aventuras y el mentado regreso a Las Vegas signifique que todo cierre con moño dorado una saga que fue debilitándose poco a poco.

¿Ya dije que no soporto a Galifianakis? Vuelvo a repetirlo, me parece una persona imbancable, pero su personaje sirve, funciona a la trama, y hay que ir con la corriente en este sentido. Jeong es harina del mismo costal, impresentable, no genera risas su papel, y la extensión de su participación me resulta francamente preocupante. Bradley Cooper y Ed Helms, cuyas popularidades dispararon con el film de 2009, vuelven a repetir sus posiciones de mentes pensantes del asunto, mientras que Justin Bartha queda relegado una vez más de la acción principal. Y si de acción estamos hablando, el director Todd Phillips tiene una carrera más que potable en el cine de suspenso, porque la infiltración al penthouse del Caesar's Palace es una escena brillante que se destaca por su tono angustiante.

 The Hangover: Part III es un gran avance frente al mal gusto de su predecesora, pero queda grande ante la original. Entretiene, pero es un giro radical a cómo se mantiene la narrativa de este film. Por supuesto, tiene un golpe final después de los créditos que amerita una secuela. ¿Es necesaria? No lo creo, pero como cierre puntilloso funciona, y nos saca una sonrisa final antes de bajar la cortina.



Calificación: B-

miércoles, 15 de mayo de 2013

El Gran Gatsby (The Great Gatsby)

Año: 2013.
Género: Drama/Romance.
País: Estados Unidos.
Duración: 143 minutos.
Dirección: Baz Luhrmann.
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan, Joel Edgerton, Isla Fisher, Elizabeth Debicki, Jason Clarke, Adelaide Clemens.

" El escritor Nick Carraway  llega a la Ciudad de Nueva York en la primavera de 1922, una época de tambaleante moral, jazz deslumbrante y reyes del contrabando. En busca de su propio sueño americano, Nick se instala junto a un misterioso millonario organizador de fiestas, Jay Gatsby, y al otro lado de la bahía de su prima Daisy y su marido casanova de sangre azul Tom Buchanan. Es así como es introducido al cautivante mundo de los súper ricos, sus ilusiones, amores y engaños. Mientras Nick actúa como testigo, dentro y fuera del mundo que habita, escribe una historia de amor imposible, sueños incorruptibles y tragedia de alto octanaje, y sostiene un espejo hacia nuestra propia época moderna y sus dificultades.

¿Qué mejor candidato que Baz Luhrmann para adaptar los explosivos años '20 que transmitió durante años la prosa de F. Scott Fitzgerald? La idea de glamour inherente a la novela le sentaba de perlas a un director que supo destacar el arte en su filmografía pero, en cierto punto, Luhrmann se perdió a si mismo en la grandeza que resultaba adaptar un ícono de la literatura y The Great Gatsby
es lujo en desmesura pero carente de afecto.

 Así de ambiciosa como se percibe por los avances, detalle clave en toda producción del director australiano, The Great Gatsby es un cuento repleto de fastuosidad, fiestas interminables, amores imposibles, traiciones y, a fin de cuentas, los excesos de la riqueza y la imprudencia propia de la juventud. Los avances técnicos de la época permiten que la acción transcurra en una digitalizada ciudad de Nueva York, brillante y reluciente, donde muy pocas veces hay una inmersión hacia los sectores oscuros y sucios de la urbe. Uno de los puntos claves y el sólo mérito de asistir al cine a ver el despliegue en pantalla grande son las fiestas organizadas dentro del palacete que posee el misterioso Gatsby. Con la ayuda de la banda de sonido a cargo del músico Jay Z, quien logra una conjunción idónea entre sonidos del pasado y actuales, las bacanales derrochan los elevados diseños de vestuario, cinematografía y producción. Aumentadas con la dimensionalidad que otorga el 3D, las reuniones son un punto fuerte, que determinan el telón de fondo para el desarrollo de los personajes.

 Al ritmo de Crazy in Love de Emeli Sandé y A Little Party Never Killed Nobody de Fergie se dejan ver los personajes, conducidos por el Nick Carraway de Tobey Maguire. Nick es el narrador absoluto, contando la trama a través de sus propios flashbacks mientras escribe sus memorias de los años turbulentos que pasó en Nueva York. Carraway es descrito en la novela como una persona cínica y recelosa de los desconocidos, en el film es una criatura inocente que entra en confianza enseguida con su entorno. El carácter y la actitud noble de Maguire lo hacen un candidato ideal para trabajar la idea y el mito de Gatsby como su mano derecha y confidente. El gran playboy americano se encarna en la piel de un Leonardo DiCaprio que nació para este papel. Cada gesto, cada sonrisa, cada frase destilan una clase elevada que otro actor no hubiese podido emular. La delicada Carey Mulligan también parece cortada para la parte de Daisy, una joven que vivió siempre rodeada de dinero y ahora, tras la reaparición de su viejo amor, ve su mundo trastocado. El trío de Maguire, DiCaprio y Mulligan tiene chispa, y se ve bien acompañado por el férreo Tom Buchanan de Joel Edgerton y las bellezas de Isla Fisher y Elizabeth Debicki.

 Durante la primera hora de metraje, las fiestas y la imagen escondida de Gatsby son un aliciente para mantenerse ocupado desentrañando la figura del millonario. La revelación encantadora de Leonardo, con una copa de champagne en sus manos, trae aparejado un desliz narrativo importante. La historia de amor se deja ver infantil y sencilla, sin muchos matices, aunque ciertos giros en el tercer acto logran retomar esa idea de cinismo egoísta que intenta actuar como moraleja. Como adaptación de la novela, no se le puede buscar peros porque le guión de Luhrmann y Craig Pearce se mantiene fiel al texto de Fitzgerald, incluso transladando pasajes y líneas del libro.


A pesar de ser una novela corta, The Great Gatsby tiene una duración de unos 140 minutos, un tanto excesivo pero a gusto con los anteriores film del director. Las dos horas y media se sienten, pero el esplendor americano se deja ver, así como también una brillante producción y una ferviente caracterización por parte de DiCaprio son los puntos a favor que tiene esta nueva adaptación de un clásico que se deja ver pero que detrás de tanta opulencia no encuentra asidero para contar una historia única e irrepetible.


Calificación: B

jueves, 25 de abril de 2013

Iron Man 3

Año: 2013.
Género: Acción.
País: Estados Unidos.
Duración: 130 minutos.
Dirección: Shane Black.
Intérpretes: Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall, Ben Kingsley, Jon Favreau, James Badge Dale.


" El impertinente pero brillante industrial Tony Stark se enfrenta a un enemigo con un poder sin límites. Cuando Stark encuentra su mundo destruido, se embarca en una angustiante búsqueda para hallar a los responsables. Este viaje pondrá a prueba su temple una y otra vez. Acorralado entre la espada y la pared, Stark se las deberá ingeniar solo para sobrevivir y valerse de su astucia e intuición para proteger a sus seres queridos. En su lucha, Stark descubre la respuesta a la pregunta que lo ha estado acosando en secreto: ¿el hombre hace al traje o el traje hace al hombre?"

 Hacía falta que Iron Man 2 se durmiese en los laureles de la primera película. Hacía falta que The Avengers patease el tablero para insuflarle a esta Fase 2 de Marvel nueva vida, en la forma del nuevo director y guionista Shane Black. Gracias a estos pequeños toques en la saga es que se puede decir que Iron Man 3 es una explosiva tercera entrega que en lugar de ir decreciendo en nivel logra superar con creces a su antecesora e incluso jugarle cabeza a cabeza a la original, por momentos superándola con su conjunción casi armónica de elementos que hicieron tan reconocida a la impronta de Tony Stark y su Hombre de Hierro.


 Muchos se sorprenderán del hecho de que Iron Man 3 es el cierre de una trilogía. Si, leyeron bien, trilogía. ¿Pero cuándo estuvo planeada de esa manera? muchos se preguntarán. Bueno, el final de esta tercera aventura de Tony deja en claro el panorama, cerrando esta historia al menos con un buen moño que antes no habíamos percatado que existía. Con la inminente llegada del villano principal del protagonista que se venía esperando hace años, el arco argumental del multimillonario queda concluído hasta que los fanáticos demanden más y más de su héroe favorito.

 Definitivamente el punto más a favor del film es el que también crea más oportunidades como deslices; el guión de Shane Black y Drew Pearce captó a todas luces la idea de un personaje como el de Iron Man. No tiene la oscuridad del Batman de Nolan, pero se acerca lo suficiente a la lucha de demonios internos para superar el ahora, pero tampoco es una comedia de $200 millones de dólares sino que el equilibrio, que de a momentos puede resultar un poco desproporcionado por como ciertas escenas dramáticas terminan en un alivio cómico. Dicha técnica puede desconcentrar un poco, pero es un combo que funcionó antes y sigue funcionando, y no opaca en absoluto el resultado obtenido. Si se nota, por ejemplo, ciertas referencias a otras grandes sagas como Terminator ó X-Men en su historia, quizás no sean tan obvias, pero algunos detalles pueden hacer saltar una alarma en la cabeza de los más fanáticos.

 Será difícil discutir el punto del villano tan anticipado como lo es El Mandarín, figura clave detrás de toda la historia fílmica de Iron Man. Cierto es que se viene gestando su aparición desde el primer momento, y con la aparición de Black en escena hay que avisar que el muchacho tiene varias sorpresas en reserva para la platea; una decisión en particular es cuestionable, la del villano, pero lo otorga otro sabor a lo que de otra manera sería una entrada más en la lineal narrativa.

De más está decir que los efectos computarizados son los mejores del mercado, provocan un festín visual impresionante e impactante, con muchas escenas preparadas especialmente para shockear a la audiencia y llenarla de adrenalina, como el ataque a la casa costera de Tony, el adrenalínico rescate en  pleno vuelo o el acto final, una batalla sin cuartel en el puerto/plataforma petrolera. Como ya se habrá notado en los trailers, hay un sinfín de armaduras de Iron Man, todas puestas a buen uso para este batalla final alucinante.

Y como no se puede ser de otra manera, Robert Downey Jr. mimetiza su vida real una vez más junto a la imagen de playboy infartante, de showman desenfadado y carácter volátil para darle un giro más a su personaje y humanizarlo aún más. Luego de los eventos de The Avengers y su más que cercana muerte en el espacio, esta gran guerra intergaláctica generó en Stark un gran malestar en su interior, que se ve reflefado por su inhabilidad por dormir y también por sus episodios de ansiedad que le ocurren bastante seguido durante la historia. Robert y Tony se han fusionado de tal manera que uno no puede existir sin el otro, creando un personaje para los anales de la historia, que aquí vuelve a funcionar de maravillas. Un gran avance fue el de Pepper Potts, el interés romántico de Tony, cuya evolución no es más que soprendente: de pasar en damisela en peligros y presencia de mero cameo a ser un personaje central en la trama, con decisiones y acciones pertinentes a la trama; icho cambio de seguro le ha valido a Gwyneth Paltrow un tremendo esfuerzo físico, que desde acá aplaudimos por abordar un papel al cual la actriz no está acostumbrada y fue todo un logro.

 Don Cheadle repite como el Coronel Rhodes, el amigo inseparable de Iron Man, proyectando aún más el sentimiento de cop buddies forjado en particular desde la anterior película; no es de extrañar que esta relación se vea tan natural, porque si recuerdan, el par resulta muy familiar con el que interpretaban Mel Gibson y Danny Glover en la saga Arma Mortal, que guionó siempre Shane Black. Ah, coincidencias...
 De las nuevas caras, tenemos al villano principal en la forma del brutal Ben Kingsley, muy pero muy bien personificado, con quizás un toque de teatralidad extrema que le hace más que bien a la trama mientras más se adelante, además de Guy Pearce, quien pasa de ignorado nerd a multimillonario con hambre de venganza en minutos. Por otra parte, el nuevo personaje femenino interpretado por Rebecca Hall sirve pero a la larga no aporta demasiado aunque resulte clave en la historia, y el pequeño Ty Simpkins (Insidious) quien tiene una de las mejores escenas cómicas en toda la película y resulta un gran par junto a Stark.

 En el afán de superar la meseta narrativa que generó la 2da parte, Iron Man 3 propuso muchos cambios pero nunca se animó a tocar la esencia del personaje de Tony Stark. Así, el film se alza como el primer gran blockbuster heróico del año, en una mezcla de risas, drama, acción, explosiones, todo el combo. Uno esperaría un descenso en calidad llegados al caso de una tercera parte, pero la regla esta ahí para romperse, y Iron Man 3 lo acaba de hacer.

Calificación: A-

miércoles, 3 de abril de 2013

Posesión Infernal (Evil Dead)

Año: 2013.
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración: 90 minutos.
Dirección: Fede Alvarez.
Intérpretes:Jane Levy, Shiloh Fernandez, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas, Elizabeh Blackmore.


"Mia, una joven que lucha para mantenerse sobria, se dirige hacia una cabaña remota junto a su hermano y un grupo de amigos quienes descubrirán el Libro de los Muertos y los peligros y terrores que esconde."

 Recuerdo que cuando vi la Evil Dead original de Sam Raimi de hace treinta años, reí. Sencillamente no podía tomarme en serio lo que estaba viendo, porque era un caso evidente de esas películas malas que divierten. Con los años, la película cobró un lugar imprescindible como film de culto, además de sentar precedentes para muchas películas que tomarían como escenario una cabaña en el bosque, cinco amigos, y cualquier horror que los acechase, tanto natural como sobrenatural.
 Dando un salto hasta el presente, la decisión del propio Raimi de reimaginar su joya más preciada generó un malestar general inmediato: Es imposible rehacer una obra maestra, es lo que decían muchos. Pero Raimi, logró lo impensable: le cerró la boca a todos los detractores con Evil Dead, una brutal vuelta a los bosques oscuros plagados de demonios y peligros de una manera tan siniestra, sangrienta y visceral que no deja a lugar a dudas.

 Ahorrémonos la disyuntiva de discutir que son otros los tiempos y el presupuesto de cada film es diferente. Es más que obvio que una película se hizo a pulmón y la otra tuvo una producción de calibre por detrás, pero el principal apartado en el que se destaca Evil Dead es por dejar de lado el humor absurdo de la trilogía original y encamina su historia por derroteros más serios y convencionales. En esta ocasión, los cinco jóvenes que se encuentran en la cabaña tienen una misión más orgánica y cruda que atender además de un rápido retiro para emborracharse y tener sexo: Mia, la protagonista, tiene una grave adicción a la heroína, y para comenzar nuevamente un proceso de depurificación sus amigos junto a su hermano David y su flamante nueva novia acudirán al rescate.

 Tras un prólogo bastante escueto y escalofriante se nos presenta la naturaleza de libro maldito en cuestión, que desencadenará la posesión infernal del título en castellano; dicha vuelta de tuerca del guión le permite a la película jugar un poco con la ilusión y las visiones de un personaje drogodependiente. ¿Realmente está teniendo visiones de ultratumba o los efectos de la droga la están consumiendo poco a poco? Por muy poco que se explote esta línea de la trama, es un punto interesante que atrapa al espectador hasta que la verdadera posesión entra en escena y el ambiente hostil se tensa exageradamente.

 Para cuando este grupo de amigos comience a transformarse de maneras horripilantes y a atacarse entre ellos, la experiencia aterradora que prometían los pósters y los trailers comienza a dejarse ver, y todos los trucos y artimañas del novato director Fede Alvarez y su coguionista Rodo Sayagues aparecen en pantalla de forma gloriosa. Alvarez imita pero no copia, homenajea mucho a su mentor con tomas aéreas y vueltas de cámara imposible que recrean el espíritu de la original, pero reencarnado. No estamos ante una precuela, o una secuela, es una reimaginación hecha y derecha que no sorprende con nada nuevo, pero que resulta terriblemente efectivo, un enunciado enarbolado en el hecho de que no hay efectos computarizados en todo el film, aunque ciertas escenas hagan dudar mucho de eso. Además de los magníficos efectos prácticos que usaron Alvarez y compañía, los hectolitros de sangre y prostéticos varios, Evil Dead sube un escalón más con la acojonante banda de sonido de Roque Baños, quien evoca diferente sonidos y el abrumador toque de una sirena que manda más de un escalofrío por la espalda.

 Heridas cortantes profundas, quemaduras, miembros cercenados, clavos y mutilaciones varias recorren el segundo y tercer acto de Evil Dead, culminando en una escena final carmesí y violenta en todo sentido imaginable. El acotado elenco brilla cada uno por separado, aunque el peso final de todo el conjunto recae en la explosiva Jane Levy, quien sufre las peores vejaciones de toda la película y así y todo tiene que interpretar dos caras de la moneda: es la villana y la heroína al mismo tiempo; Levy es expresiva por demás, sus ojos transmiten todas las emociones que recorren su cuerpo y verla sufrir es durísimo. A su alrededor se encuentran unos convincentes Shiloh Fernandez como el hermano abnegado de Mia y Lou Taylor Pucci como el curioso del grupo que desata un infierno sobre él y sus amigos. Los personajes de Jessica Lucas - avocada al género desde hace rato -  y  la desconocida Elizabeth Blackmore completan el equipo que las pasarán negras en el bosque húmedo. Aclaración: ninguno saldrá indemne, todos tienen su cuota de golpes y cortes varios, así que es para aplaudir la dedicación de los cinco.

 Evil Dead representa el vivo hecho de que una película puede tener partes usadas, pero si se las ensambla de una manera creativa y fresca, todo puede funcionar; no sé hasta que punto los fanáticos de la original disfrutarán de esta nueva entrega que pierde el humor negro en pos de una realidad más oscura, pero sí puedo decir que los seguidores del horror se encontrarán con un plato muy fuerte, una visita a la sala más proxima de cine, porque Evil Dead se disfruta mucho mejor como experiencia cinematográfica en una sala lóbrega y amplia.


Calificación:A-

martes, 26 de marzo de 2013

Jack el Cazagigantes (Jack the Giant Slayer)

Año: 2013.
Género: Aventuras
País: Estados Unidos.
Duración: 114 minutos.
Dirección: Bryan Singer.
Intérpretes:Nicholas Hoult, Eleanor Tomlinson, Stanley Tucci, Ian McShane, Ewan McGregor, Billy Nighy.


"La antigua guerra entre los humanos y una race de gigantes es reavivada cuando Jack, un joven granjero, abre una puerta entre dos mundos."

 Bryan Singer no tiene suerte. El otrora gran director que supo cautivar a la audiencia con Los Sospechosos de Siempre y luego con sus brutales dos iteraciones en X-Men y X-Men 2 parece no poder con presupuestos abultados y luego de la pobre recepción de su Superman Returns descansó con la minimalista Valkirie y se puso a la carga nuevamente con una superproducción, esta vez con las manos en una nueva versión del ya clásico cuento de Jack y las habichuelas Mágicas; en Jack the Giant Slayer tenemos entonces una aventura que durante su metraje no sabe bien donde pararse, a medio camino entre la aventura familiar y ligeros toques oscuros, Jack crean un confuso episodio para con su platea entre animación computarizada y una historia demasiado clásica como para impresionar.

 No sé si será por le hecho de que se han visto bastantes adaptaciones libres de cuentos clásicos de un tiempo hasta ahora, que el público se ha cansado estas versiones oscuras de los cuentos que leyeron cuando eran pequeños, pero lo que tiene Jack es que nunca alcanza cotas de oscuridad elevadas y tampoco se arrastra hacia territorios familiares pueriles y sabidos. Singer se salda con una de sus películas más impersonales a la fecha, en donde la opulencia del CGI eclipsa una historia con personajes arqetípicos (el huérfano pobre, la princesa aventurera, el villano sediento de poder, etc) que no van hacia ningún lado, y que tampoco ofrecen sorpresa alguna. Conocido por la gran vuelta de tuerca pregreñada junto al guionista Christopher McQuarrie, la dupla no consigue elevar la trama hacia terrenos fértiles, eligiendo jugar a lo seguro sin darle al elenco una pincelada distintiva. Ni los buenos ni los malos consiguen atraer la atención, de ahí que sus aventuras se paseen con cierta indiferencia por delante de nuestros ojos.

 Destacan por suerte en el elenco el joven Nicholas Hoult como el distraído y valiente héroe, Eleanor Tomlinson es la correcta damisela en apuros, y el camaleónico Stanley Tucci el colorido villano. Es interesante ver a Ewan McGregor relegado a un papel secundario, o lo que es más, nunca está de más aportando una cara conocida a un producto de tales magnitudes. Sin casi tiempos muertos, exaltada por una estruendosa banda sonora y una dirección artística que más bien parece prestada de otras producciones más potentes, esta historia de destinos encontrados gusta a ratos pero disgusta englobando todos los aspectos del film.
Jack the Giant Slayer es grande, pero como dice el dicho, El que mucho abarca, poco aprieta, y Bryan Singer se queda corto con una narrativa plana, acción demoledora y personajes de cartón. A no desesperar, porque Singer promete una reunión nostálgica con X-Men: Days of Future Past.


 Calificación: C+

jueves, 21 de marzo de 2013

Los Croods (The Croods)


Año: 2013
Género: Animación/Aventuras.
País:  Estados Unidos.
Duración: 98 minutos.
Dirección: Kirk De Micco, Chris Sanders.
Intérpretes:Nicholas Cage, Emma Stone, Ryan Reynolds, Catherine Keener, Cloris Leachman.

"Los Croods son la primera familia del mundo que se embarca en el viaje de su vida cuando la cueva que siempre los ha protegido del peligro se destruye. Viajando por unos paisajes espectaculares, los Croods descubren un nuevo mundo increíble lleno de criaturas fantásticas - y su forma de ver las cosas cambia para siempre."

 La rama animada de Dreamworks viene asomándose durante los últimos años y en materia de tecnología le juega limpio a la poderosa Pixar; incluso sin poder llegarle a los talones en materia de historia y narrativa - pongo de ejemplo a las demoledoras Toy Story- Dreamworks apunta a ofrecer un producto interesante y entretenido, lleno de color y con una pincelada de moralejas para como no perder el ritmo. Es por eso que The Croods no va a pasar a la historia por ser un film profundo, pero la suma de sus partes hace que al menos conforme un espectáculo digno de ver en la pantalla grande.

 Como ya lo hizo la longeva saga Ice Age, el escenario prehistórico les sirve a los guionistas y directores Kirk De Micco (Racing Stripes, Space Chimps) y Chris Sanders (Lilo & Stitch, How to Train Your Dragon) para jugar con territorio desconocido y crear un mundo en vías de evolución lleno de vida exhuberante y de matices coloridos lujuriosos, con tantos focos de atención que uno se pierde entre tantos elementos. Lo más llamativo es la creación de vistosas criaturas, raras mutaciones que aparecen minuto a minuto en pantalla, hacen su gracia y siguen camino: tomemos como ejemplo a Brazo, o Belt en su idioma original, ese perezoso multiuso, tiene augurada una carrera como personaje enternecedor como el Gato con Botas de Shrek ó el mismísimo Scrat de Ice Age.

 Dentro de este marco donde la tecnología lo es todo y no decepciona - como siempre, las películas animadas tienen el mejor uso de 3D del mercado, tanto en el aporte de profundidad como en la posición estratégica de objetos que salen de la pantalla - la trama gira en torno a la familia Crood, quienes en base a la reticente negativa del jefe del clan, Grug, a explorar el mundo exterior y evolucionar, han sobrevivido cuando otras familias similares han perecido por no atenerse a las reglas más básicas de supervivencia. Por supuesto, no puede faltar el espíritu libre en la familia, papel que recae sobre la joven Eep, ansiosa de comerse al mundo por su propia cuenta. Es ella quien desencadenará el road trip de la familia cuando el mundo que conocen comienze a avanzar, y las opciones son claras: avanzar con él o perecer en la antiguedad. Viejos tópicos clásicos como la oposición de lo viejo y lo nuevo, la impronta territorial del macho Alfa, la unión familiar y el miedo a lo desconocido hacen acto de aparición en la trama, con resultados convencionales pero sinceros.

The Croods no esconde su simpleza sino que la realza con un conjunto de personajes adorables que aportan pequeñas pizcas de humor aquí y allá, creando una atmósfera agradable. Desafortunadamente, en el camino se perdieron las voces de Nicholas Cage, la candidez de Emma Stone ó el jugueteo en el tono de Ryan Gosling, pero el doblaje al castellano neutro no afecta para nada el resultado final, sino que acerca más a los pequeños espectadores.


The Croods es excitante, explosiva y adorable; tiene un ritmo apabullante, y cuando quiere, puede jugar la carta emotiva de manera correcta y sin volverse oscura, o tan sólo lo suficiente como para preocuparnos más por los personajes. Y, lo más importante, apunta a un camino de secuelas si tiene éxito, lo cual deseamos que lo haga porque es una reunión familiar que podríamos ver varias veces más al menos.


Calificación: B+

martes, 12 de marzo de 2013

Donde Habita el Diablo (Emergo)

 También conocida como 'Apartment 143'

Año: 2011
Género: Horror
País: España.
Duración:  80 minutos.
Dirección: Carles Torrens.
Intérpretes:Kai Lennox, Gia Mantegna, Fiona Glascott, Rick Gonzalez, Michael O´Keefe.

"Un grupo multidisciplinar de investigación paranormal acude a un apartamento recién ocupado para estudiar los fenómenos anómalos que en él se producen. Llamadas telefónicas sin respuesta, sombras extrañas, fenómenos lumínicos, objetos que se desplazan solos, sonidos de origen desconocido, lámparas que estallan sin razón aparente. Su propósito es registrar los hechos de forma científica empleando los medios técnicos más avanzados a su alcance: filmación infrarroja, fotografía digital, grabaciones psicofónicas, detección de movimiento, medidores de alteraciones en el campo magnético. Poco a poco, de forma incontenible, las misteriosas manifestaciones comienzan a hacerse más y más violentas…"

Desde la resurrección del horror con Actividad Paranormal en 2009, muchos han intentado copiar el formato, y llenarse de dinero los bolsillos, pero pocos lo han logrado. Donde habita el Diablo (llamada originalmente Emergo y renombrada en Estados Unidos como Apartment 143) intenta con un manotazo de ahogado tomar tan siquiera unos quince segundos de fama con una trama demasiado familiar y resultados no tan espectaculares como para sostener la escasa hora y cuarto de duración.

Para muchos el argumento resultará como un déjá vu muy vívido: cámaras por todas partes, sensores de calor, tres expertos en sucesos paranormales y una familia acechada desde la fatídica muerte de la matriarca de la casa. Ahora tan solo quedan el acongojado padre, una hija adolescente muy hostil para con él y, el integrante familiar que no puede faltar para provocar nerviosismo en la platea, el infante.

Es increíble que el director de la joyita Buried, con Ryan Reynolds, sea el mismo que haya escrito el guión de esta historia paranormal carente de efecto: la mitad del tiempo los especialistas roban cámara explicando todos los aparatos que utilizan para captar cualquier anomalía en el departamento, y la otra transcurre mediante sustos de cartón que ya se han visto decenas de veces. No puede ni rescatarse la premisa, que intenta darle un giro mas realista a la situación para cerrar el telón con una escena que patea el tablero de algo que podría haber sido medianamente aceptable.

De forma acertada incluso los sustos mas usados en el género pueden servir si están bien posicionados, y éste es el caso. El joven director Carles Torrens al menos sabe cómo y cuándo llamar la atención del público en los momentos más incómodos. También es para encomendar la tarea de dirigir al elenco, comenzando desde lo más destacable de la actuación de Kai Lennox (Beginners) quien tiene una de las escenas más descorazonadoras del film con una confesión, pasando por la dupla de Rick Gonzalez y Fiona Glascott, un dúo que se la pasa flirteando y aporta el toque de humor para alivianar las tensiones. También cabe mencionar al desastre de Michael O´Keefe como el doctor Helzer, simplemente un actor de relleno que pareciese está al frente de una cámara oculta, no de una película en la que tenía que actuar. Lamentable.

Donde habita el Diablo tiene varios puntos altos en cuanto a suspenso, pero nunca mantiene esa fascinación y miedo por lo desconocido que tan famoso hizo al subgénero cámara en mano. Para ser justos, la película recupera un poco de intensidad en los últimso diez minutos pero no es suficiente para sostener un guión lánguido y sobreexplicativo y una trama por demás superficial.



Calificación: C-

lunes, 11 de marzo de 2013

V/H/S

  Conocida también como 'Las Crónicas del miedo'

Año: 2012
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración: 115 minutos.
Dirección: David Bruckner, Glenn McQuaid, Radio Silence, Joe Swanberg, Ti West, Adam Wingard.
Intérpretes: Calvin Reeder, Lane Hughes, Adam Wingard, Hannah Fierman, Joe Swanberg, Sophia Takal, Kate Lyn Sheil, Matt Bettinelli-Olpin, Chad Villella, Tyler Gillett.


"Cuando un grupo de delincuentes de poca monta es contratado por un misterioso cliente para recuperar una rara pieza de metraje encontrado de una casa destartalada en medio de la nada, pronto se dan cuenta de que el trabajo no va a ser tan fácil como pensaban. En la sala de estar, un cuerpo sin vida yace ante varios televisores viejos, rodeados de montones de cintas de VHS. En la búsqueda del indicado, el grupo presencia un número aparentemente interminable de videos horribles, cada una más extraño que la anterior."

 El found footage no está pasando por un buen momento.
Cuando todo lo que se refiera al género tiene que ver con entidades sobrenaturales, los nuevos muchachos del horror indie, la nueva ola de horror americano, unieron fuerzas para combinar lo mejor del subgénero con algo que no se ve todos los días: una antología, en donde un capítulo de horror se sucede con otro, conectados por una trama en común. Y es así como nace V/H/S, ofreciendo no más de lo que promete: pura diversión y pavor en historias enrevesadas y estrambóticas con mucho más que unos cuantos guiños a los '80 y los '90.

 El concepto principal, generado por el editor de la página de horror Bloody-Disgusting Brad Miska, tiene como centro a una banda de desadaptados sociales que disfruta de grabar todas sus fechorías; dicha banda se meterá ilegalmente en una turbia casa para recuperar un casete VHS a cambio de dinero de parte de un aún más misterios benefactor. En esta línea narrativa se podrán encontrar embebidos el resto de las historias, una más dispareja que la otra con resultados tan ambiguos como interesantes.

La primera historia es simplemente la mejor de todas e involucra a un grupo de amigos cuya noche de ligue se torna increíblemente siniestra. Equipado uno de ellos con una cámera en sus anteojos, los chicos llevan a un par de chicas a un motel de mala muerte para grabarse teniendo sexo, pero no contaban que una de ellas, la rara, tiene un oscuro secreto. Lo que sigue es una intensa revelación que no escatima en sangre y violencia para culminar en un final estrepitoso y terriblemente escalofriante. ¿Lo peor? Que sea la primera y deje el listón demasiado alto para que el resto de las historias le pueda hacer sombra.

Después de eso tenemos la aburrida historia de Ti West, un director que supo ganarse un nombre con las geniales House of the Devil y The Innkeepers y que acá falla en presentar una historia interesante en la segunda luna de miel de una pareja perseguidos por una figura desconocida que augura lo peor. Incluso su revelación final no sorprende ni genera expectativa. La historia que le sigue también hace aguas al presentar a un grupo de cinco adolescentes perseguidos en un bosque por un asesino. ¿El giro? Dicho maniático sólo puede verse a través de una cámara. Tan interesante como puede sonar, el ingenio se queda en buenas intenciones en otra dedepción más del montón.

 Por suerte las cosas remontan con el segmento de Joe Swanberg y su parejita de amantes que chatean vía cámara web; en dichas sesiones, ella, revela que hay algo en su casa y ciertas apariciones indeseadas hacen acto de presencia durante la noche. Revelar más sería arruinar los mejores momentos que presenta el segmento, cuyo final es lisérgico por no encontrar otro calificativo más indicado. Por último, el cierre es un gran homenaje a aquellas películas de horror malas de los '80 ( de hecho, el año en el segmento es 1998), en donde un grupo de amigos en Halloween se dirige a una fiesta en una casa que luego encuentran (aparentemente) abandonada.

 El colectivo general es una montaña rusa, con resultados disparejos pero que generan ideas interesantes e historias de calidad difusa. Con una duración de casi dos horas, V/H/S promete regrear próximamente con una secuela que, por los primeros comentarios, ha mejorado los errores de esta primera entrega.


Calificación: B

jueves, 7 de marzo de 2013

Oz: El Poderoso (Oz: The Great and Powerful)

Año: 2013.
Género: Aventuras.
País: Estados Unidos.
Duración: 130 minutos.
Dirección: Sam Raimi.
Intérpretes: James Franco, Mila Kunis Rachel Weisz, Michelle Williams, Zack Braff, Bill Cobbs, Joey King.


"Cuando Oscar Diggs, un mago de circo de poca monta con un dudoso sentido de la ética, es arrojado desde la polvorienta Kansas hacia la apasionante Tierra de Oz, está convencido de haberse sacado la lotería – fama y fortuna eternas. Pero pronto conoce a tres brujas, Theodora, Evanora y Glinda, que no están tan seguras de que él sea el gran mago que todos esperan. A regañadientes, Oscar deberá enfrentarse con los problemas épicos que le presentan la Tierra de Oz y sus habitantes, y tendrá que descubrir quiénes son los buenos y quiénes son los malos antes de que sea demasiado tarde. Con sus conocimientos del arte de la magia, que incluyen ilusión, ingenuidad y un poco de hechicería, Oscar se transformará no sólo en el poderoso Mago de Oz sino también en un hombre mejor."

Sam Raimi dejó sin esperanzas a muchos luego de finiquitar la saga Spider-Man con la malograda tercera entrega, pero años después resurgiría en el horror con la impresionante Drag Me to Hell; tras su regreso a la gloria, se tomó su tiempo para encontrar un proyecto nuevo que dirigir - en el camino se puso a producir una reimaginación de su clásico The Evil Dead - pero finalmente fue el elegido de Disney para darle un nuevo giro a la historia favorita de todos y así crear Oz: The Great and Powerful, una cálida y amena historia apta para toda la familia suculenta en personajes extravagantes y amistosos, brujas malvadas y moralejas varias.

 Si hay algo por lo que empezar a remarcar de Oz es su evidente comparación con la Alice de Tim Burton; la compañía productora es Disney, por lo cual el estilo de ambas propuestas es el mismo, pero desde dos ópticas directoriales diferentes. Personalmente, generé más empatía con los personajes de Oz que con los de Alice, por el simple hecho de que su historia es menos enrevesada y concreta que la fantasía desequilibrada de Burton.

 Hace una precuela de una de las historias infantiles más adoradas de todos los tiempos y jugar contra el recuerdo de la adaptación fílmica de 1939 fue una apuesta arriesgada, pero teniendo en cuenta el resultado final, estoy contento de que se hayan lanzado al vacío creando una historia entrañable, pero que sólo sirve para satisfacer al niño interior que anhela volver a las mágicas tierras de Oz. El guión de Mitchell Kapner y David Lindsay-Abaire es muy claro al respecto y apunta a una historia con personajes arquetípicos en donde los villanos son malos malos y los buenos, extremadamente buenos.

Confieso que solo sé lo básico de la obra de L. Frank Baum, y que nunca vi la película original, así que entré con la cabeza fresca a Oz, habiendo consumido el trailer oficial y generado bastante expectativa ante tan lujurioso proyecto. Mis expectativas fueron cumplidas de manera moderada, porque siempre espero la película de fantasía que acabe con todas y me llevo un chasco, pero entendí enseguida que en esta ocasión la sutileza e infantilidad del film le van como anillo al dedo al espíritu de la saga. Personajes como el mono alado Finley o la delicada muñeca de porcelana buscan suplir el aparto de secundarios autóctonos de Oz, y cumplen su cometido, pero dudo que se conviertan en imágenes de culto como el Espantapájaros o el Hombre de Lata.


  Ya adentrados en debate, ciertas elecciones de Raimi me agradaron mucho, como empezar con un largo prólogo en blanco y negro y formato 4:3 para luego transpasar a la tierra fantástica a colores vivos y 16:9 (como bien pueden apreciarlo en el trailer, pero en la sala se siente más expansivo) o bien el manejo de la historia, que se toma su tiempo en comenzar pero que tiene unos de los conflictos finales más estilumantes en años, en donde una batalla épica por el control no sólo significa huestes de guerreros y muertes, sino que todo se resuelve mediante la astucia, y un poco de magia. Técnicamente es imposible reprochar algo de un producto mastodóntico en donde lo digital ocupa el %95 de la pantalla, aunque tanta digitalización crea un vacío importante en el cual el ojo intenta todo el tiempo diferenciar qué es real y qué es pantalla verde; por momentos estos detalles quedan en total evidencia, y alejan un poco al espectador. En lo que respecta al 3D, es uno de los pocos productos que se comparan a grandes tanques que han destacado en este apartado, donde la profundidad genera un delicado contraste, y aún cuando objetos traspasan la pantalla, no se sienten tan forzados o falsos, si vamos al caso.

 Oz no funcionaría si no fuese por su extraordinario elenco de estrellas jóvenes consagradas. En el epicentro se encuentra el mago prestidigitador compuesto con gracia por James Franco, quien tiene lo que necesita para manejar una franquicia pero como galán irresistible no puede hacer nada - y eso que lo atacan hermosuras de la talla de Mila Kunis, Michelle Williams ó la madura Rachel Weisz-. Simplemente no le creo esa faceta de amador, y con Kunis tienen una química de mejores amigos gays, con Williams de amigos de toda la infancia y es inverosímil al lado de Weisz. Por separado, las féminas aportan diferentes ángulos con sus tres brujas: Mila está correcta pero tiene un cambio de actitud a la mitad de la película que le exige sobreactuar, algo que no se le hace natural, Michelle es puro amor y bondad - nació para estos papeles -  y Rachel se enfrenta con altura a un personaje extraño para ella: el de la villana solapada de turno.

 Oz, The Great and Powerful es divertida, bella y cariñosa. Es un producto Disney con todas las letras, entiende a quien va dirigida, y no apunta a generar epicicidad con grandes combates finales o un giro oscuro en su historia, sino que es amable y un regocijo para los ojos.


Calificación: B

viernes, 1 de marzo de 2013

Lo Imposible (The Impossible)

Año: 2012.
Género: Drama.
País: España.
Duración: 114 minutos.
Dirección: Juan Antonio Bayona.
Intérpretes: Naomi Watts, Ewan McGregor, Tom Holland, Samuel Joslin, Oaklee Pendergast, Marta Etura, Sönke Möhring, Geraldine Chaplin.


"La familia Bennett se encuentra de vacaciones en Tailandia cuando un tsunami arrasa con todo a su paso, separando a sus integrantes y enviándolos a diferentes destinos, en medio de una de las catástrofes naturales más atroces de los últimos tiempos."

Tardó cinco años en volver a dirigir, pero el español Juan Antonio Bayona está de regreso luego de su escalofriante ópera prima -El Orfanato- con otra historia que hiela la sangre aún más, ya que se basa en la realidad que vivió una familia durante uno de los eventos naturales mas catastróficos de los que alguien tenga recuerdos.

Con pulso sereno y confiado es que Bayona nos presenta al grupo en cuestión, liderado por los talentosos Ewan McGregor y Naomi Watts, junto a sus tres pequeños hijos, de los cuales destacaremos fervientemente al mayor, Tom Holland. Entre los dos actores con pedigree y el joven novato es que se mueve el encuadre narrativo de la película: durante la mayor parte -la más significativa y provocadora- vemos como el más que realista y palpable tsunami arrasa con todo y deja desamparados a María y su primogénito a la intemperie, mientras que Henry ha puesto a salvo a los retoños menores y busca a su esposa e hijo implacablemente.

Momentos después de la ola de muerte es cuando Bayona y su guionista Sergio G. Sanchez eligen ensañarse con sus protagonistas de una manera tan realista y a la vez tan cruda que asombra. La cantidad de obstáculos a superar por María y su hijo son innumerables y sus gravísimas heridas no ayudan para nada, sino que empeoran minuto a minuto mientras Lucas (el mayor) encuentra el coraje para seguir adelante y salvarse. De ser la historia verídica de la familia tal cual la vemos en pantalla, estamos ante una historia de supervivencia impredecible y milagrosa, aunque imagino eligieron dramatizar un poco ciertas situaciones que, con la musicalización correcta, golpean bien fuerte pero sin dar golpes bajos.

No sólo el elenco está estupendo (Watts se eleva más y más a medida que transcurre el metraje y el estado de salud de su personaje deteriora, McGregor cumple y tiene un estallido maravilloso durante una tensa llamada por teléfono y Holland se roba los aplausos como el muchacho -amén del cameo de la eterna Geraldine Chaplin-) sino que los valores de producción son altísimos y la destrucción mostrada en pantalla luce como si hubiesen filmado durante el incidente. Es como para quedarse pasmado con las imágenes que se suceden fotograma a fotograma.

Como bien reza su frase promocional, nada es más fuerte que el espíritu humano, lo cual se convierte en la columna vertebral de Lo Imposible. No es una película para todos, ciertas secuencias duelen y traen recuerdos dolorosos, pero es un gran homenaje a todas las familias afectadas por la fuerza impredecible de la madre naturaleza, con un elenco de lujo y un director que merece ser reconocido de inmediato.


Calificación: A-