
Género: Horror.
País: estados Unidos - Canadá.
Duración: 90 minutos.
Dirección: David R. Ellis
Intérpretes: A.J. Cook, Ali Larter, Michael Landes, David Paecktau, Keegan Connor Tracy.
"Clear Rivers, la única sobreviviente del vuelo 180, vive encerrada en un hospital psiquiátrico por voluntad propia, con el miedo constante de que la Muerte está tras ella. Y aunque se la puede considerar loca, no está equivocada. La Muerte va camino hacia la ruta 23 dirigiéndose al Sur. Viajando en la ruta con sus amitos , Kimberly Corman ve descarrilarse un camión que pierde el control y desata una reacción en cadena que deja como resultado metal retorcido y cuerpos inertes- incluyendo el propio. Un momento más tarde descubre que sólo ha sido una visión, pero como el shock es tan grande, bloquea la ruta y los conductores comienzan a quejarse... hasta que su trágica premonición se convierte en realidad frente a sus ojos. Kimberly sabe que no terminó. La Muerte no será engañada tan fácilmente. Ahora, los extraños que en su visión deberían haber muerto, deben unirse a ella en una carrera desesperada contra el tiempo, y tendrán que hacer lo que sólo una persona logró en el accidente del vuelo 180: permanecer con vida."

Esta vez, el accidente es un tremebundo choque en cadena en una autopista, que está espectacularmente orquestado y es uno de los momentos brillantes de toda la película. Los cuerpos y el metal retorcido abundan, hasta que Kimberly salva el día con su aviso del peligro. A partir de aquí, se inicia el usual desenvolvimiento que le corresponde al film, con la investigación de los sucesos del Vuelo 180, la incredulidad al principio, el regreso de Clear Rivers a la acción, etc.
Tony Todd vuelve como el mortuario de la primera, enigmático como siempre, pero esta vez tiene una clave (un poco irrisoria) que fue descartada para el final de la original. Admito que es un buen giro, pero falla un poco con el correr del metraje.

Un punto demasiado rebuscado que le encuentro al film es cómo estos personajes tienen un nexo en común con los protagonistas de la primera, una solución a tanto embuste de la Muerte que es demasiado tomado por los pelos y menos aún creíble.
El grupo mixto de sobrevivientes no tiene mucha credibilidad y no se nota tan sólido como los jóvenes de la primera incursión, aunque vale destacar a la pareja protagonista y el regreso, claro está, de Clear Rivers al Plan de la Muerte; casi todos los secundarios zafan, pero puede llegar a ser algo molesto que cada uno tenga un one-liner que tirar de vez en cuando, bastante seguido, sea oportuno o no. Puede llegar a molestar este detalle.
La dirección a cargo de David R. Ellis es estupenda, llena de tomar increíbles, buenos detalles, impecables efectos CGI, demostrando ser un Rey a la hora de crear tensión. El hecho de ver como se desenvuelve una muerte a partir de muchos elementos combinados puede sonar ridículo, pero el director se las ingenia para hacer tensionar al espectador, junto a la brillante y resonante composición de la finada compositora Shirley Walker.
2 comentarios:
Aceptable, mas allá de eso no creo que haya mayor novedad.
Uno de los pocos casos en los que la segunda parte supera a la primera (aunque eso habla un poco mal de la 1ra, pero bueno...)
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