jueves, 27 de marzo de 2008

Libro VII: Las Reliquias de la Muerte


(Libre de Spoilers)
Desde mi punto de vista, creo que nunca tuve tanta expectativa por una serie de libros como la tuve con Harry Potter.
La manía empezó cuando estaba en el último año del colegio primario (allá por el 2008) y un amigo leía en el colegio un librito con un pibe morocho, de anteojos y cicatriz en forma de rayo en el medio de la frente. No me llamó tanto la antención, pero al mes y medio se vino con otro libro bajo en brazo: era la segunda parte. Como me dijo que era un buen libro y le gustaba, me mostré más interesado. Igual él no tenía muy claro el concepto de prestar.
Pero la suerte me llevó por otros lados y para el cumpleaños de mi hermano mayor un amigo le regaló el primer libro; lo miró con una cara medio rara y para cuando se fueron todos me dijo, "Tomá, te lo regalo, a mí no me gusta leer". Literalmente me tragué el libro en 5 horas. Estaba fantástico¡¡¡¡ El resto es historia.
Pasados 8 años, la saga llega a su fin. Y de qué manera¡
Creo que todos supimos desde el principio que en el último libro iba a ser LA guerra con mayúsculas, y Rowling cumplió. El capítulo 31, "La batalla de Hogwarts" es magnífico y cúlmine, más allá de que la historia siga en los apocalípticos 5 capítulos restantes.
Igual creo que algunas cosas se podrían haber acortado o resuelto de otras maneras, aunque amé la parte de las bóvedas de Gringotts.
La novedad en este caso son las afamadas "Reliquias de la Muerte", que podrían ayudar o no a nuestro querido trío a derrotar a las fuerzas del Mal, y sigue la búsqueda de los restantes Horrocruxes en una búsqueda desesperada.
Por supuesto que hay muchas muertes (que no voy a contar), la verdad sobre si Snape es un traidor o no, y el enfrentamiento final entre Voldemort y Harry, que es impagable.
Aunque la historia cierre las puertas, yo creo que Rowling va a dejar una ventanita abierta para nosotros los fanáticos que no vamos a dejar que nuestra saga se nos escape tan fácilmente.

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