Año: 2011
Género: Fantasía.
País: Estados Unidos.
Duración: 110 minutos.
Dirección: J.J. Abrams
Intérpretes: Joel Courtney, Elle Fanning, Riley Griffiths, Ryan Lee, Kyle Chandler, Ron Eldard, Jessica Tuck, Gabriel Basso, Zach Mills.
Género: Fantasía.
País: Estados Unidos.
Duración: 110 minutos.
Dirección: J.J. Abrams
Intérpretes: Joel Courtney, Elle Fanning, Riley Griffiths, Ryan Lee, Kyle Chandler, Ron Eldard, Jessica Tuck, Gabriel Basso, Zach Mills.
"En 1979, la fuerza aérea de los Estados Unidos clausuró una sección del Area 51. Todos los materiales debían ser enviados a un lugar seguro, por tren. En medio de la noche, el tren de carga que transportaba el preciado material es protagonista de un espectacular accidente antes de llegar a destino. El paradero de la carga, como su destino, permanece siendo un misterio. Inspirada en las películas que Abrams amaba y admiraba de adolescente, Super 8 cuenta la historia de un grupo de amigos y la aventura en la que se embarcan luego de ser testigos del dramático choque."
J.J. Abrams es uno de los mejores directores que hay actualmente. ¿Hace falta decirlo? El tipo sigue coleccionando películas y series impresionante que llevan un montón de culto por detrás: Lost, Alias, Mission: Impossible III (su opera prima, señores), Star Trek... ¿Lo mejor de todo? Sataisface a su audiencia, porque hace sus películas desde el más profundo de los respetos, como probándose a sí mismo que puede. Super 8 no cae lejos de ese árbol de grandeza que es, y muchos la catalogan como una carta de amor hacia las películas ochentosas y al mejor cine de aventuras de Steven Spielberg; nada más lejos de la realidad, desde que vemos en los primeros segundos de la película el logo icónico de Amblin.
En la tradición de películas como The Goonies, E.T, The Sandlot y Stand By Me, la historia gira en torno a un grupo de chicos que, en el medio de la filmación de una película casera de zombies (atentos al guiño del grande de George A. Romero) se ven irremediablemente inmersos en medio de una conspiración gubernamental, alienígena de por medio.
Lo grandioso de Super 8 es que toca cada fibra nostálgica de muchos que se iniciaron en el cine de aventuras con Spielberg. Desde el vamos, el grupito de chicos está soberbio porque tienen una química especial que sólo los grandes amigos tienen entre sí; el diálogo rápido y burlón contrasta a cada tipo que representan: el protagonista un tanto sensible, el amigo gordinflón, el piromaníaco, el que le tiene miedo a todo, al mujercita del grupo. Hace rato que no se veía un grupo de amigotes tan orgánico como éste, y se nota que generan empatía porque uno imnediatamente se siente identificado.
Una vez creado el ambiente entre el grupo selecto de jovencillos que vamos a seguir hasta el final, en medio de una filmación ocurre la hecatombe: un impresionante descarrilamiento intencional de un tren dispara la acción de inmediato, en una escena destructivamente sublime que marca el michaelbayísmo de Abrams. De ahí en más, llegan los militares y la curiosidad juvenil puede más (como si no fuera de otra manera, ¿no?) Si bien la película tiene momentos en los que se estanca la narración, las escenas de suspenso y las escasos pero intensos momentos de acción sobrepasan esos tiempos muertos; las misteriosas apariciones del lagarto alienígena (que se esconde casi hasta el final, como buen producto de Abrams) tienen el poder de ponerle a uno los pelos de punta (hablo del ataque a la gasolinera, por ejemplo) y tienen el pulso característico de J.J.
Lo cierto es que no todo es acción en la película: el director/guionista también se tomó su tiempo para construir las relaciones familiares y los lazos de amistad entre todos. Si hay algo que realmente me hizo transportarme a las verdaderas épocas de los clásicos de aventuras de mi niñez, fue el hecho de que uno ha perdido a la madre hace poco, la chica del grupo no tiene madre y es un tanto rebeldona para con su padre alcohólico, el gordinflón cuya familia es un desbande pero de los buenos (esas clásicas familias de 6 hijos cuyas cenas son pantagruélicas) Puede que casi al final intenten tocar una veta nostálgica y emocional, lo cual está perfecto, pero no tiene el nivel de contundencia de otras películas (léase E.T) ¿me explico? No se te escapa un lagrimón ni nada, es una linda sensación y ya.
Lo cierto es que no todo es acción en la película: el director/guionista también se tomó su tiempo para construir las relaciones familiares y los lazos de amistad entre todos. Si hay algo que realmente me hizo transportarme a las verdaderas épocas de los clásicos de aventuras de mi niñez, fue el hecho de que uno ha perdido a la madre hace poco, la chica del grupo no tiene madre y es un tanto rebeldona para con su padre alcohólico, el gordinflón cuya familia es un desbande pero de los buenos (esas clásicas familias de 6 hijos cuyas cenas son pantagruélicas) Puede que casi al final intenten tocar una veta nostálgica y emocional, lo cual está perfecto, pero no tiene el nivel de contundencia de otras películas (léase E.T) ¿me explico? No se te escapa un lagrimón ni nada, es una linda sensación y ya.
Dos pulgares arriba también se lleva la producción alrededor del film. Si la película parece un blockbuster en todo sentido, se quedan de piedra cuando sepan que tan sólo costó $50 millones en hacerse (en extrapolación con, por ejemplo, una Transformers que salen $200 millones o más) La ambientación de finales de los '70 está hasta el más mínimo detalle, con la ropa, los autos, las casas, las costumbres, todo. El soundtrack da buena fé de ello, porque podemos escuchar a los chicos tararear My Sharona o al que atiende el minisuper escuchando Heart of Glass en un walkman, ¡un walkman! Además está el hecho de que el fiel colaborador de Abrams, Michael Giacchino, hizo un encomiable trabajo con la banda sonora. El tipo sabe lo que hace, y no por eso le pesa encima el Oscar que ganó con el score de Up.
Sí no me convenció mucho el diseño de la criatura; fue como ver al monstruo de Cloverfield otra vez, o un primo lejano de él. Igualmente, cumple su función y se deja ver.
Sí no me convenció mucho el diseño de la criatura; fue como ver al monstruo de Cloverfield otra vez, o un primo lejano de él. Igualmente, cumple su función y se deja ver.
Uno termina de ver Super 8 y se pregunta ¿en que año estamos? ¿Ya es la hora de la merienda? porque realmente hace que los años vuelvan hacia atrás y parece que fueramos pequeños, que acabamos de ve run estreno en Cine Shampoo. Es de esas películas que te dan ganas de terminar de verla y salir a filmar a tu grupo de amigos con uma camarita, o de hacer una pelúcula zombie con presupuesto cero y valores de producción. Es un golpe de nostalgia que muchos necesitábamos, y un cine de calidad y divertimento que no se ve hace rato. Steven Spielberg, contento.
Calificación: A-