Arturo Pérez-Reverte vuelve con 2 nuevas historias.
"Flandes, 1625. Alistado como mochilero del capitán Alatriste en los tercios viejos que asedian Breda, Íñigo Balboa es testigo excepcional de la rendición de la ciudad, cuyos pormenores narrará diez años más tarde para una cuadro famoso de su amigo Diego Velázquez. Siguiendo a su amo por el paisaje pintado al fondo de ese cuadro, al otro lado del bosque de lanzas, veremos a Íñigo empuñar por primera vez la espada y el arcabuz, peleando por su vida y la de sus amigos.Estocadas, asaltos, batallas, desafíos, encamisadas, saqueos y motines de la infantería española, jalonarán su camino a través de un mundo devastado por el invierno y por la guerra."
Toda la acción transcurre entre ciudadelas tomadas y trincheras de combate, se cuenta de modo cotidiano la vida junto a los combatientes,las pérdidas de amigos en los azares de la guerra y la conversión de niño a hombre una vez que presencie los horrores de la guerra.
Aunque el transfondo sea perfecto para la historia, hay algo que no permite su desarrollo completo y en algunos momentos resulta un tanto pesado su lectura, que repunta y termina correctamente.
Y lo que tuvo de pesado el anterior, en "El oro del rey" retoma el camino de acción y aventura que el otro perdió en algunos momentos.
"Sevilla, 1626. A su regreso de Flandes, donde han participado en el asedio y rendición de Breda, el capitán Alatriste y el joven mochilero Íñigo Balboa reciben el encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos y espadachines para una peligrosa misión, relacionada con el contrabando del oro que los galeones españoles traen de las Indias. Los bajos fondos de la turbulenta ciudad andaluza, el corral de los Naranjos, la cárcel real, las tabernas de Triana, los arenales del Guadalquivir, son los escenarios de esta nueva aventura, donde los protagonistas reencontrarán traiciones, lances y estocadas, en compañía de viejos amigos y de viejos enemigos."
En este cuarto título, hay escenas impecables de acción, como por ejemplo el ataque pirata a un barco es demasiado bueno como para contarlo, hay un mayor foco en la personalidad del capitán Alatriste que en anteriores libros no estaba, hay peligro, amor, moralejas, tiene todo lo que se pida.
Hay un capítulo en el que se retrata la última noche de un recluso condenado a muerte, y que se toma su propia muerte como si fuera "sólo un trámite". Una brillante alegoría a la vida y la moral de los espadachines a sueldo de la época.
En fin, una tercera parte algo floja, pero que retoma con una magnífica cuarta entrega. Y si tenemos en cuenta que "El caballero del jubón amarillo" y "Corsarios de levante" (próximamente los voy a leer y a hacer mi crítica especial) son los siguientes, y están programados otros tres ( "El puente de los asesinos", "La venganza de Alquézar" y "Misión en París"), las aventuras del capitán Alatriste están lejos de acabarse. Mejor para nosotros.