Género: Acción - Comedia - Fantasía.
País: Estados Unidos.
Duración: 104 minutos.
Dirección: Mark Waters.
Intérpretes: Zoey Deutch, Lucy Fry, Danila Kozlovsky, Gabriel Byrne, Dominic Sherwood, Olga Kurylenko, Sarah Hyland, Cameron Monaghan, Sami Gayle, Claire Foy, Joely Richardson.
"Romance clandestino, una sociedad despiadada y rituales nocturnos de los que nadie puede hablar. Todo esto ocurre en la Academia St. Vladimir. Alejada de todo, la Academia es un lugar donde los vampiros Moroi estudian las artes de la magia y los Dhampir mitad humanos aprenden a protegerlos. Rose Hathaway es dhampir y los suyos no tienen la necesidad de enamorarse, ya son exclusivamente guardianes y estan obligados a protegerse continuamente de las mortales amenazas de los S trigoi. Esto es un problema para ella cuando descubre que su tutor en la Academia de vampiros va a ser Dimitri, por quien se siente más que atraída. Además, el único rival a su medida es tambien el único que puede ayudarla a salvar a su mejor amiga y princesa moroi, Lissa Dragomir.
Los vampiros están muertos.
O al menos de momento. Una de las oleadas de
seres fantásticos más icónica de los últimos años finalmente ha llegado a
la temida etapa del cansancio y cada nueva película que se lanza al
mercado
es una estaca al corazón del espectador que alguna vez supo apoyar con
fervor a los seres sensibles a la luz.Al ver el trailer de Vampire Academy, fueron los nombres de Mark Waters y su hermano Daniel Waters los que llamaron la atención al instante. El primero, director de la archireconocida Mean Girls, y su hermano, el guionista de la comedia negra Heathers a quien -gran sorpresa- se le atribuye la historia de Batman Returns. Con semejante currículum y tras ver la oleada de pop chicloso visto en el avance, tenía bastantes esperanzas de que al menos resultara una iteración vampírica decente. Por desgracia, el resultado final es un film que oscila entre lo mediocre y lo ingenioso, con un tono que no termina de consolidarse y que se apoya bastante en la camada importante de fanáticos de la saga de libros de la autora Richelle Mead, a los que claramente está dirigida esta propuesta.
Desde la escena inicial ya se nota que algo va
mal. La cantidad de información expositoria que debe presentar el guión a
los neófitos de la saga es casi abrumadora. Sí, quizás haber dejado
varios
detalles a interpretación del espectador hubiese sido mejor, pero nunca
hay que olvidar que es una película masticada y sobreexplicada para una
platea
joven y de carne fresca, por lo que la ingesta visual de nuevos datos se
vuelve una catarata importante para otro sector demográfico más entrado
en
años. Una vez que el carro de la exposición haya partido, lo que queda
es un refrito poco vistoso de alguna de las tramas que supieron fascinar
en la
saga Harry Potter -peligro en la escuela, donde el enemigo está operando desde muy cerca-. Varios personajes son sospechosos y las dos
protagonistas deben surfear una marea de viejos conocidos para intentar esclarecer quién o quiénes les quieren hacer daño.
En medio de la
tibieza narrativa, de idas y vueltas amorosas y escaramuzas
estudiantiles, surgen la historia de amor para nuestras féminas -una con
un musculoso y
adusto instructor/guardaespaldas de la academia, la otra con un
misterioso y herido compañero de clase- y escuetas escenas de acción,
donde la mano
del director claramente demuestra que no está a la altura de las
circunstancias. Los efectos por computadora tampoco ayudan a crear un
ambiente
sugerente y tiran abajo la atmósfera de la que, mayormente, se vale el
film.
No todo está perdido, ya que el hallazgo que resulta ser Zoey
Deutch -la hija de Lea Thompson, la eterna mamá de Marty
McFly- se carga la película al hombro con su rapidez para captar el
diálogo lleno
de bromas y referencias culturales escrito por Waters, y entregarlo en
la pantalla grande en un flirteo constante con la cámara y con los
secundarios
que la rodean. Me gustaría decir que el resto del elenco le juega a la
par, pero su compañera Lucy Fry es una cara bonita y no mucho más,
Sarah Hyland de Modern Family juega muy bien su papel de nerd casi insufrible y el ceñudo Danila Kozlovsky cubre con
creces el papel de galán escandinavo. Los adultos vinieron por el cheque y el catering, ya que al ver al alguna vez glorioso Gabriel Byrne y a
la belleza de Olga Kurylenko actuar, dejan en claro lo incómodos que están en este mundo ficticio.
De haberse adaptado inmediatamente
cuando el primer libro de la saga vio la luz del día -el año 2007, antes de la locura Twilight- Vampire Academy
quizás hubiera podido
tener una chance de captar una audiencia mucho más amplia.
Lamentablemente, estamos en 2014, y ya con un esfuerzo básico no es
suficiente cuando el
subgénero está tan vapuleado por sucesivas oleadas de seres pálidos con
colmillos. Mitad entretenida, mitad soporífera, no es extremadamente
mala pero
tampoco es lo genial que prometía su interesante avance.
Calificación: C+
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