Género: Aventuras.
País: Estados Unidos - Nueva Zelanda.
Duración: 144 minutos.
Dirección: Peter Jackson.
Intérpretes: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Benedict Cumberbatch,Orlando Bloom, Evangeline Lilly, Luke Evans, Lee Pace, Stephen Fry, Aidan Turner, Cate Blanchett, Hugo Weaving, Christopher Lee, Billy Connolly.
"Bilbo y compañía se ven obligados a participar en una guerra contra una gran variedad de combatientes y mantener la Montaña Solitaria de caer en las manos de la oscuridad inminente."
El final del viaje de Peter Jackson ha llegado, y con la tremenda escena final de La Desolación de Smaug, las ganas de ver el desenlace eran muchas. Tercera película, de relleno si se quiere, La Batalla de los Cinco Ejércitos promete acción a raudales, y lo cumple, pero para el final, tanta es la carga de acción y poco sustento que el cuento del Mediano Bilbo se despide con un tímido saludo más que con un avasallante final.
La culpa no es de Jackson, que quiso expandir un poco más el mundo de Tolkien, sino del estudio detrás, que le exprimió una secuela más que estira el chicle y puede llegar a frustrar bastante. El destino de Smaug es bastante climático y valió la pena esperarlo un año, pero dura tan poco, que en un parpadeo ya tenemos los títulos de inicio y a otra cosa mariposa. La trama de La Batalla... se encarga entonces de construir ese mentado choque entre facciones, cada uno con objetivos e intereses propios que no son todos los mismos. Todos los personajes vuelven a encontrarse, por algún motivo u otro, a las puertas del reino de Erebor bajo la Montaña Solitaria, y la tensión crece poco a poco.
La secuela tenía difícil el territorio de crear tensión, cuando mas o menos uno sabe que no es el final definitivo, y teniendo la vasta sombra de El Retorno del Rey detrás, Jackson tiene que inventarse una batalla que le pueda pelear codo a codo a otros combates de la saga como el Abismo de Helm. El comentado acto final, el enfrentamiento de 45 minutos llega, y no colma las emociones del espectador como uno esperaría. Llena de criaturas mitológicas y rebosante en efectos computarizados, hay un sentimiento de overkill en algunos tramos. Cuando el derribamiento del olifante por parte de Legolas era para aplaudir por el nivel de ridícula insanía, el combate del elfo con un orco en un puente derrumbandose se pasa de la raya y peca por su abundancia.
Y así sucesivamente, la acción de La Batalla... puede llegar a frustrar por su extensión. Debería generar el efecto contrario si dejaron toda la acción para el final, pero es tanto lo que hay que asimilar que cansa, incluso cuando varias escaramuzas están muy bien coreografiadas y destacan por su verosimilitud. Donde se le escapa la mano a Jackson es en el CGI. En la primera, faltaba una pulida, cosa que se logró con creces en la segunda. Acá sigue el mismo nivel de pulimiento pero se cometen excesos. Hay un personaje nuevo que no se conoce de antes, encarnado por Bill Connolly, que tiene tanto CGI en su cara que prácticamente es irreconocible, y fastidia. ¿Cúal fue el motivo de tal decisión?
El elenco emerge del mar de efectos entregando un sólido frente de combate. Desde el giro oscuro del Thorin de Richard Armitage que logra hacer que lo odies, la pasividad y bondad del Bilbo de Martin Freeman, el clásico Gandalf de Ian McKellen hasta las divas absolutas robaescenas que son los elfos de Lee Pace y Cate Blanchett, todos sacan su costado más aguerrido en esta secuela. Sigue faltando ese héroe en el Bardo de Luke Evans, que ya nunca será Aragorn, pero no molesta demasiado en el conjunto final.
No creo poder expandirme más con La Batalla de los Cinco Ejércitos. Es un cierre amable, con bastante corazón, imposible decir mínimo por la calidad de blockbuster que comporta, pero que se queda corta en historia. Es un gran espectáculo, pero uno que apenas cierra esta trilogía precuelística, e hila con trazos finos el puente hacia la trilogía original. ¡Adios, Bilbo! ¡Te vamos a extrañar!
Calificación: B
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